El día 2 del evento comenzaba con Daniel Negreanu como chipleader con una ventaja casi monstruosa sobre su perseguidor, el estadounidense Steve Landfish, que se sentaba en su mesa cuando rompían la suya al quedar 27 jugadores.
Tras perder un bote gigantesco en el que Landfish ligaba su two-outer en el river,Negreanu se ponía en pie bruscamente, tirando la silla al levantarse, y estrellaba sus cascos Beats (estos cascos que llevaba en Barcelona en el EPT) contra el suelo. Acto seguido, se hacía un silencio sepulcral mientras Daniel recogía los pedazos, su silla y volvía a sentarse silenciosamente.
Pero, si creía que las cosas no podían ir a peor, Negreanu se encontraba con una mano aún más cruel tan sólo unos minutos después:
Con , Negreanu acababa All-in contra Tam Hang (otro de los deepstack del torneo en ese momento), que tenía en flop . Daniel suspiraba aliviado cuando el turn traía , murmurando un "bueno, suficiente", pero la carta del river resultaba ser yNegreanu se quedaba absolutamente boquiabierto cuando su full resultaba no ser suficiente ante la escalera de color de Hang, se levantaba (volviendo a tirar la silla por el camino) y abandonaba el casino sin más.
Pero, volviendo a la cita del principio, es importante reseñar que Negreanu es un tipo jovial, amable y solidario, y que ésta es sin duda una de las demostraciones de cómo puede llegar a afectar el terrible tilt a cualquier jugador, sin importar su experiencia, nivel de juego o si juegue online o en vivo.
Además, el pro de PokerStars reaccionó rápido y decidió parodiarse a sí mismo a través de su cuenta en Twitter (en inglés, claro):
"El otro día perdí la calma y rompí mis cascos en medio de un torneo. Debió ser cómico verlo, aunque fue algo estúpido, así que al menos saquemos algo divertido de esta tontería. Si tampoco entro en premios en el torneo de Stud le envío unos cascos a un seguidor al azar de mi Twitter. Unos sin romper. ¡Si gano, envío diez!"
Negreanu no consiguió tampoco entrar en premios en este evento (Mortensen se quedó con buena parte de sus fichas), pero a los pocos minutos cumplía su palabra:
"El primero que me mande un buen chiste de 140 caracteres o menos (los que se permiten como máximo en Twitter) que no haya escuchado gana los cascos. ¡Vamos!"
Al menos, el tilt de Negreanu ha servido para hacer feliz a alguien en su casa.
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