Pero creemos - y así lo cree también la Poker Players Alliance de Estados Unidos - que nunca se ha dado un paso tan importante como este. Un juez federal del distrito de Nueva York ha anulado una sentencia anterior alegando que el poker es un juego de habilidad y no de azar.
Empecemos por el principio.
Lawrence DiCristina decidió transformar un almacén de su propiedad en Staten Island, en el estado de Nueva York, en un local donde organizaba partidas de poker de mid stakes -los jugadores se podían sentar con 300$, por lo que calculamos que el nivel sería 1$-3$, un nivel muy popular en Estados Unidos pero que en Europa no se juega prácticamente.
Cada noche, DiCristina se llevaba el 5% de lo que se movía, en forma de rake, para pagar a sus empleados -había camareras y se servía comida y bebida a los jugadores de la partida- y para su propio beneficio, por supuesto.
Por este motivo, DiCristina fue arrestado en diciembre de 2011 y acusado de operar un negocio de juego ilegal -el término anglosajón es gambling-. La ley que rige este asunto, laIGBA (Illegal Gambling Business Act) era muy clara al respecto, por lo que DiCristina se enfrentaba a diez años de prisión.
En primera instancia, DiCristina decidió declararse culpable para atenuar así la condena que podría recaer sobre él, pero en la audiencia en mayo en la que supuestamente acudiría para recibir su sentencia, cambió de opinión y decidió seguir adelante con el juicio alegando que su “sala de poker” no caía bajo la jurisdicción de la IGBA, dado que el poker no entraría en la categoría de “gambling” al ser un juego de habilidad y no de azar.
En este punto, DiCristina recibió la ayuda de la PPA, Poker Players Alliance, el lobby de jugadores y aficionados, que incluye más de un millón de afiliados, que lucha para que el poker sea considerado un juego de habilidad y sea legalizado en los Estados Unidos.
El juicio se celebró en julio, con la intervención de un testigo estrella por parte de la defensa, el economista y estadístico Randal D. Heeb, cuya intervención preparada por la PPA explicando que el poker es un juego de habilidad cuyos resultados dependen de forma exclusiva de ella en el largo plazo y no del azar. Para ello, el estadístico aportó una base de datos y gráficas de jugadores.
A pesar de una defensa perfectamente orquestada, el jurado decidió que todos esos argumentos eran irrelevantes y que el poker sí estaba regulado por la IGBA, de forma que DiCristina debía ser condenado bajo el auspicio de esta ley.
En este punto, la defensa decidió interponer un último recurso: una moción de absolución -judgement of acquittal-. En este caso, DiCristina solicitaba que se desestimase el veredicto del jurado y que fuese el propio juez el que dictase sentencia, ya que un jurado popular no está capacitado para tomar una decisión al respecto de la jurisdicción sobre la que actúa una ley determinada.
Pues bien, ayer, el juez Jack Weinstein del distrito este de Nueva York presentó su informe, de más de cien páginas, explicando por qué el poker, como juego de habilidad, no puede ser juzgado por la IGBA.
Los profesionales con más habilidad ganan los mismos sueldos que algunas estrellas del deporte. Las actividades de DiCristina no constituyen un crimen federal. Para el propósito de este caso, cuando se aprobó la IGBA, es probable que el Congreso ignorase el poker. El hecho de que muchos juegos de cartas parecidos como el poker, el gin rummy y el bridge fueran populares entre prófugos de la ley explica que se omitiesen de la IGBA. La definición de “gambling” escapa a estos juegos, que están regidos por la habilidad.
La PPA no ha tardado en hacerse eco de la resolución del juez apludiéndola.
Es la primera decisión en un juicio federal en la que se decide que el poker es un juego de habilidad en lugar de un juego de azar. Hemos trabajado durante años defendiendo a los jugadores contra estas leyes vagas y hemos esperado pacientemente a la oportunidad de defenderlo en un tribunal federal. Esta es una gran victoria para los millones de americanos que disfrutan del poker. La decisión meditada del Juez Weinstein corrobora lo que venimos argumentando desde hace años: el poker no es un crimen, tan solo un juego de habilidad. Un pasatiempo con un gran calado en la historia de nuestra nación.El Juez dio la oportunidad a la acusación de demostrar que el poker es un juego de azar y ni siquiera pudieron subir al estrado a un experto de ningún tipo que pudiera afirmar algo así.Además, el Juez ha comentado en varias ocasiones que no existe ley federal al respecto. Esta opinión refuerza la idea de que es el momento de que el Congreso trabaje en un modelo regulatorio justo que proteja a los jugadores y genere recaudación impositiva para el Estado.
Está por ver si la acusación decide apelar la sentencia. En caso de que así sucediera, la Corte de Apelación de los Estados Unidos tendría la última palabra al respecto.
fuente poker red
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