Tipos de jugadores hay tantos como tipos de personas, innumerables
Ahí empieza el interés mezclado con desconfianza, la curiosidad manchada de miedo.
Y en ese momento donde el dinero entra en escena empieza a gestarse un jugador de poker. Tipos de jugadores hay tantos como tipos de personas, innumerables. Pero una de las razones por las cuales se diferencian unos de otros, los buenos de los malos, los regulares de los ocasionales, los maníacos de los conservadores, es su apego al dinero. Antes de seguir, todos (jugadores o no) deberían tener clara una consideración: el poker es un juego, el dinero NO.
Muchos jugadores que empiezan a jugar a poker por simple curiosidad para a ver si se gana dinero con esto como dicen los que juegan, cometen el error de pensar que sólo necesitan 52 cartas y suerte. Craso error.
Paciencia, disciplina, templanza, educación, estudio, concentración, decisión, observación, son sólo unos pocos ejemplos de todos los aspectos que hay que tener en cuenta y, sobre todo controlar, antes, durante y después de sentarte en una mesa de poker, ya sea a través de un ordenador o en el Casino de cualquier ciudad. Con los amigotes no hace falta si no hay dinero de por medio, claro.
En el momento de jugar no se puede cometer el error de mirar las cartas y apostar cuando has conectado una buena mano y no hacerlo cuando sucede lo contrario. Hacer eso es, literalmente, hacer el primo. Siendo un poco extremistas y dando a la vez una visión general sobre las ganancias que esto nos reporta, cabe decir que es primordial que graben lo siguiente en su cabeza: en una mano ganarás dinero teniendo la mejor jugada o por el contrario, haciéndole creer a tu rival que la llevas. Exactamente aquí es donde se explotan todos los conocimientos de un jugador. Donde unos valen y otros no. Donde unos toman decisiones rentables y otros no. Pura psicología y dominio de estrategias.
¿La suerte existe? Sin duda, sí. Pero nuestro rival no puede saber si en esa mano que os enfrenta tú has tenido suerte y has ligado la mejor jugada o no. Por otra parte, tú puedes intentar engañarlo y él puede engañarte a ti haciéndote pensar que le estás engañando. Con lo que se consigue, pues, una auténtica batalla mental donde lo que menos importa, precisamente, son las cartas.
Tus victorias fueron producto de las derrotas de otros
Eso es lo que nos sube la adrenalina a los jugadores de Póker: ganar batallas mentales y además, como premio, dinero.
Pero aun así, como muchas cosas en la vida, esto es un arma de doble filo. Cuando ganas todo es perfecto, te alegras, subes tus pulsaciones, te emocionas, abrazas a tus amigos, mujer, marido y animales de compañía. ¡Eres la leche! Pero pasas por alto algo muy obvio. Tus victorias fueron producto de las derrotas de otros. Para que tú ganes, otro tiene que perder. Es imposible que ocurra de otra manera. ¿Y cuándo pierdes, qué? Pues es el momento de volver a sacar todo tu arsenal mental. La confianza, la templanza, la paciencia de la que antes hablaba ahora tiene que ser más que patente.
Sólo seremos ganadores si somos capaces de convertir nuestras pérdidas en experiencias. Si cometemos los mismos errores en las mismas situaciones jamás saldremos de esa espiral negativa. Y afrontar mentalmente una mala racha es muchísimo más difícil que aprenderte de memoria todos los decimales del número Pi. Y eso, créanme, es muy chungo.
Por todos esos aspectos que van más allá de las cartas, que entran en el ámbito de las emociones, de los pensamientos e incluso a veces hasta del alma (donde reside la ilusión que jamás hay que perder), el poker no es un jueguecito de cartas que se ha puesto de moda y que pasará como una bocanada de aire fresco en tiempos de crisis. Es un estilo de vida.
Se puede vivir del poker, y si no todo el mundo lo consigue es que no será tan fácil.
Recuerden: la televisión es el show bussiness. El dinero fácil no existe. Así que si alguien cree que no va a sudar para ganar dinero jugando a esto que se vaya olvidando de probarlo. No obstante pueden estar satisfechos después de leer todo esto. Han ganado un consejo, y encima GRATIS.
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